jueves, 24 de noviembre de 2011

El blog me trolea

Después de escribir una pequeña entrada diciendo que quiero retomar el blog... no sé qué he hecho que se me ha borrado. Así que lo dicho, quiero retomar esto. Espero que me venga la inspiración de vez en cuando para ir actualizando esto =)

jueves, 30 de diciembre de 2010

24-04-10

Vengo a pedir perdón a todas aquellas personas que olvidé en algún momento, a las personas que no escuché cuando debí hacerlo, a aquellas a las que no he sabido pedir ayuda cuando la he necesitado, a las que han intentado dármela y yo he rechazado. He de decir que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y que todos debemos aprender de nuestros errores. Me arrepiento de todo menos de haberme equivocado, porque al equivocarme he aprendido. He aprendido que las personas que te quieren sólo desean tu felicidad. He aprendido que sólo querían prevenir antes que curar. Que sólo querían que mi corazón no se rompiera en mil trocitos por no abrir los ojos a tiempo. Sólo querían que no sintiera el vacío que siento ahora. Pero sé que tenía que aprender por mí misma, que yo solita tenía que abrir los ojos y darme cuenta. Que cuando no quieres oír ni ver, ni oyes ni ves más allá de lo que tú deseas. Por eso, sólo vengo a decir aquí GRACIAS. Gracias por estar ahí, por intentar que nadie me hiciera sufrir. Por perdonarme todos mis errores. Por no decirme “te lo dije” cuando por fin abrí los ojos. Gracias por todo. A vosotros, que estáis haciendo que vuelva a ser la persona que fui y me arrepiento tanto de haber dejado de ser.

domingo, 26 de diciembre de 2010

01-04-10

Cuando una persona te hace sentir lo más miserable del mundo. Cuando lo das todo y solo recibes desconfianza, mentiras y desilusiones. Cuando te das cuenta de que eso a lo que le tienes tanto miedo es lo mejor, pensando con la cabeza. Cuando después de todo te das cuenta de que todo lo sufrido no ha merecido la pena. Cuando aún después de darte cuenta te vuelves a sentir engañada. Cuando abres los ojos y ves que tu confianza y tu lealtad no han servido para nada. Cuando te desquebrajas por dentro. Cuando ves que has tirado media vida con la persona equivocada. Cuando te das cuenta de que no siempre equivocarse te hace aprender. Cuando querrías volver atrás en el tiempo para no sentir hoy todo lo que estás sintiendo. Cuando ves que tu felicidad se ha basado en la persona que menos lo merecía. Cuando te das cuenta de todo lo que has perdido. Cuando ves cuánto te va a costar recuperarlo. Cuando te da tanta pena odiar a quien más querías. Cuando tu corazón se sigue acelerando, pero no por el mismo sentimiento. Cuando vives con miedo a volver atrás. Cuando vives con miedo a enterarte de nuevo de cosas que deberías haber sabido antes. Cuando todo lo vivido ya no lo recuerdas con una sonrisa. Cuando solo queda pena y dolor. Cuando solo queda odio. Cuando ves que aquellas promesas ya no valen nada. Cuando te arrepientes de tantas cosas. Cuando quieres que esa persona te devuelva  tu alma, tu vida. Cuando te da miedo de no volver a tenerlo todo. Cuando piensas en todo lo que te va a costar volver a confiar en alguien. Cuando aquella persona no daba ni la mitad que tú y no te has dado cuenta hasta ahora. Cuando nadie sabe ni la mitad de toda la verdad. Cuando te da vergüenza contarla. Cuando esperas encontrar a alguien a quien se la puedas contar. Cuando no quieres encontrar caras de “ya te lo dije” cuando lo cuentes. Cuando piensas que has sido la persona más tonta del mundo. Cuando te han engañado tantas veces y has seguido confiando. Cuando te has dado cuenta demasiado tarde. Cuando tienes miedo de volver a confiar en quien no lo merezca. Cuando tienes miedo de volver a equivocarte de persona. Cuando te sientes sola.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

02-02-10

No sé si te quiero. Es decir, sé que te quiero, que te tengo un cariño tremendo, pero creo que no estoy enamorada de ti. Es mucho tiempo dándole vueltas a lo mismo y ésta es la única conclusión que saco. Sé que dirás que pienso esto porque las circunstancias en las que estamos no nos ayudan, pero es mucho tiempo ya dudando. Desde antes de que tú te pusieras tan mal. ¿Que por qué no te lo he contado antes? Pues porque no estaba segura, porque quería que el tiempo decidiera, que me aclarara, y cada vez me doy más cuenta de lo que te estoy diciendo. Desde que me fallaste en el verano he tenido dudas, creo que es normal, de si hice bien perdonándote, pero cada día me demostrabas que me querías y que fue solo un fallo. Grandísimo, pero un fallo. Aunque lo pasaba mal (y lo paso), veía que tú querías hacerme feliz y creía que juntos lo conseguiríamos, como hemos conseguido tanto en estos cuatro años y medio. Pero desde que me fallaste por segunda vez… tal vez para ti no fue para tanto, desde ahí se ve todo de otra forma. Desde aquello no te miro con los mismos ojos. Yo confiaba en ti, a pesar de todo, creía que nunca más me ibas a fallar, que aprendiste de tu error, estaba convencida. Pero vienes y me cuentas todo aquello después de guardártelo durante unos días. Me sentí tan traicionada… tan engañada… dudé mucho de dejarte o no, y me convencí de que lo mejor para los dos era alejarnos el uno del otro, tal vez durante un tiempo, quién sabe, pero yo necesitaba saber cómo estaría sin ti. Pero no tuve el valor, no sé por qué, no sé qué tienes que no puedo dejarte, no soy capaz de decirte que quiero que lo dejemos, no soy capaz. Así que me convenciste de intentarlo de nuevo. Pero yo ya no estaba bien contigo, no después de aquello. Y claro, necesitaba ver cumplidas todas las promesas que me hiciste para intentarlo de nuevo. Yo mi parte no la cumplí, no lo intenté con demasiado esfuerzo porque no estaba segura, porque una parte de mi quería que lo nuestro no funcionara, y no era capaz de decírtelo. Tú entonces te viniste abajo más que nunca. Y yo… a mi no me salía darte toda la ayuda que necesitabas, no sé por qué. Creo que al no estar segura de si te quería no quería que te apoyaras demasiado en mí, me daba miedo. Y entonces empecé a sentirme yo muy mal también, de verte a ti, de ver la situación, de no saber lo que sentía… del miedo que tenía. A partir de ahí se vuelve todo un poco menos claro. Por una parte quería ayudarte, pero por otra me estaba hartando de la situación. Por una parte quería que hiciéramos cosas juntos para ver si me aclaraba, pero por otra cada vez que las hacíamos no terminaba demasiado contenta porque todo eran nervios y tristeza, así que a la próxima tenía menos ganas… Y aquí estoy. Hace poco te conté una mínima parte de lo que sentía pero tú no me entendiste, o yo no me supe explicar, o no me quisiste entender. Achacabas todo esto al estrés de los exámenes, con estar encerrada en casa, con la regla y con la situación. La verdad que esas cosas lo agravaron un poco, pero, a día de hoy, que no tengo la regla y estoy mucho más relajada, sigo pensando lo mismo. Que no tenemos futuro, que no me veo ni casada ni viviendo contigo. Que no hacemos nada juntos, que no salimos… Que tenemos 20 años y no estamos viviendo la vida. Y si no la vivimos ahora, ¿cuándo la vamos a vivir? A veces pienso que nuestra relación ha llegado a su punto límite, que ya no da más de sí. Que nunca vamos a tener una relación normal por mucho que lo intentemos, porque para eso no tendría que hacer falta intentarlo, tenía que ser así. Y si desde el principio (o casi) no es así, ya no la vamos a poder cambiar. Por eso creo que tenemos que dejarlo, hacer cada uno su vida, empezar desde cero. Y si de verdad estamos hechos el uno para el otro, si de verdad tenemos que estar juntos, el destino nos unirá de nuevo, nos encontraremos en algún lugar, algún día, y volveremos a ser felices. Pero, por ahora, no podemos serlo juntos.